20 de diciembre de 2012

El actual ministro de educación, no

(Publicado en Creando Ciudadanía el 17 de noviembre de 2012)

1. La función primordial de la escuela es evitar que la desigualdad familiar de origen determine el destino de las personas. Para el actual ministro de educación, no.

2. Para los gobiernos de los países más desarrollados, la escuela pública es el referente prioritario de las políticas educativas. Para el actual ministro de educación, no. 

3. Cualquier responsable político y cualquier político responsable temería las consecuencias de una reducción del gasto en educación. El actual ministro de educación, no.

4. Suspender debería tener las mismas consecuencias para quienes son ricos que para quienes necesitan una beca para estudiar. Según el actual ministro de educación, no.

5. La promoción de la excelencia educativa es compatible con la integración escolar y social. Para el actual ministro de educación, no.

6 de diciembre de 2012

Nostalgia del futuro

(Publicado en Escuela el 6 de diciembre de 2012)

En el capítulo de Los hijos de los días que Eduardo Galeano dedica a Oscar Niemeyer dice que ese fue el motivo por el que el genial arquitecto comunista decidió pasar de largo los cien años y seguir construyendo edificios en el siglo XXI. Una optimista nostalgia del futuro que como brasileño tenía buenos motivos para sentir.

Niemeyer siempre pensó que la gente es más importante que la arquitectura y que la mejor arquitectura es la que hace más feliz la vida de la gente. En 1989 se le reconoció aquí su valía concediéndole el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. En agradecimiento, tuvo el bello gesto de regalarnos una de sus últimas y más hermosas obras: el centro cultural que lleva su nombre y que hoy se asoma a las aguas de la ría de Avilés.

“Una plaza abierta al mar para todos los hombres y mujeres del mundo; un lugar para la convivencia, la educación, la cultura y la paz”. Ese fue el lema con el que el arquitecto de las curvas blancas bautizó esta joya que parece un trocito de Brasilia o de Río de Janeiro en Asturias. Y decir eso no es decir poco. Porque, si según algunos Asturias es el paraíso natural, según Galeano las curvas de Río fueron diseñadas por Dios el día en que Dios creyó que era Niemeyer.