24 de junio de 2016

"Brexitus"

Una de las razones del éxito del brexit quizá haya sido la propia palabra: simple, sonora, bien british… De hecho, se ha puesto tan de moda que, antes de conocer sus implicaciones, parecía que todo el mundo disfrutaba pronunciándola. Aquí algunos lo hacían casi con envidia hacia esa lengua que es capaz de producir términos tan pregnantes. Sin embargo, aunque parezca antieuropea, la palabra brexit no lo es. Procede del latín y viene de Britannia, el nombre que los romanos pusieron a aquellas tierras, y de exitus, la palabra con que nombraban la partida, la marcha, la salida.

No sé en Gran Bretaña, pero en España la palabra exitus se sigue usando bastante. Sobre todo en los hospitales. Allí se habla de exitus cuando hay un fracaso. Cuando el enfermo no sale bien parado y abandona el hospital con los pies por delante, dentro de un saco. Es el exitus letalis. El que cierra las historias clínicas.

A los europeos nos ha pasado con el brexit lo mismo que a esos enfermos hospitalizados que se quedan sin palabras cuando cerca de ellos se produce un exitus. Lamentamos lo que le ha pasado al vecino, pero nos preguntamos con miedo quién será el siguiente. Tememos que el mal británico pueda ser contagioso y que otros también emprendan el camino del exitus. El del fracaso de Europa.

2 de junio de 2016

Nadie entre aquí sin saber matemáticas

(Publicado en Escuela el 26  de mayo de 2016)

Con una frase parecida advertía Platón a la entrada de la Academia de que los saberes que allí se enseñaban no eran para muchos. Y algo así podrá decirse del bachillerato con la LOMCE. Ahora que parece haber consenso en modificar esa ley conviene señalar uno de los elementos más perversos que contiene y del que se habla muy poco. Me refiero a la obligatoriedad de las matemáticas en los dos cursos del bachillerato.

Fueron los economistas universitarios y las asociaciones de profesores de matemáticas quienes obtuvieron aquella supuesta victoria en el Senado por la que, excepto en el artístico, ya no se podrá obtener el título de bachillerato si no se cursan (y aprueban) las matemáticas (o el latín) en sus dos cursos. El argumento tenía una lógica bien curiosa: algunos alumnos podrían llegar a estudiar economía sin haber cursado matemáticas en 2º de bachillerato, por lo que todos deberán cursarlas (y aprobarlas) con independencia de su relevancia para otros grados universitarios o para la formación profesional superior.

El presupuesto de que las matemáticas son imprescindibles se ha instalado en el imaginario social hasta el punto de que quienes nunca las usan ni las entienden consideran estupendo que sirvan de filtro general para la formación superior. Pero ¿están mal preparados los médicos y los estudiantes de medicina que hasta ahora no las habían cursado en 2º de bachillerato? ¿Lo están los técnicos superiores de formación profesional que tampoco lo hicieron?